
Las comunidades autónomas todavía tienen mucho trabajo por delante para completar el reparto del plan de ayudas para instalar autoconsumo, renovables térmicas en el sector residencial y almacenamiento detrás del contador, pese a que el plazo para la aceptación de solicitudes se terminó en diciembre de 2023. Las regiones están desbordadas ante la avalancha de solicitudes, que se cifran en 3.328 millones de euros, lo supone un 60% más del presupuesto total asignado (incluyendo las ampliaciones).
Es el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, el encargado de la coordinación y el seguimiento del programa, pero son la comunidades autónomas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla las responsables de la gestión. Es decir, el organismo transfiere los fondos a las autonomías y estas se encargan de tramitar los expedientes y realizar los pagos a los consumidores.
De este modo, la última actualización de los datos que publica el IDAE -aportados directamente por las CCAA-, refleja que, a 6 de enero de este año, se han resuelto concesiones por importe de 1.465 millones de euros, frente a los 2.081 millones que han sido repartidos entre las distintas regiones, es decir, el 70%. El presupuesto total disponible para esta línea de ayudas es de 2.086 millones de euros, por lo que todavía quedan cuatro millones de euros que los gobiernos regionales pueden pedir al IDAE. Aquí puedes consultar el ritmo de ejecución.
Uno de los planes con más demanda
La mayoría de comunidades autónomas están prácticamente al día con la actualización del volcado de datos en la plataforma del IDAE y han aportado información entre el 5 de noviembre y y el 30 de diciembre del curso pasado de junio. De su lado, Ceuta no ha actualizado datos desde el 19 de junio y a esa fecha, no había pagado un euro.
El plazo de vigencia de las bases reguladoras se amplió al terminar 2023 para que las CCAA pudieran implementar mejoras en su gestión con total seguridad jurídica y con el fin de desatascar el tapón burocrático. Por su parte, el único límite material que plantea el plan es la justificación de la materialización de la ayuda, con cargo al PRTR, ante la Comisión Europea a finales de 2026.
Junto al plan de ayudas a la compra de coches eléctricos, el de autoconsumo ha sido uno de los más populares y que al mismo tiempo más quejas ha generado. Además, justo antes de cerrarse el plazo de presentación de solicitudes creó bastante revuelo tras que determinadas comunidades autónomas se negaran a solicitar la ampliación de fondos ante el desbordamiento y la dificultad de la gestión de las ayudas, aunque acabaron dando marcha atrás. El lío se produjo con los últimos 500 millones de euros extra captados en la adenda al Plan de Recuperación
El Gobierno lo puso en marcha el plan en junio de 2021, justo cuando empezó a fraguarse la crisis energética al calor del alza de los precios del gas natural y los derechos de emisión de CO2, y que meses más tarde se agravó por la invasión de Rusia a Ucrania. Estaba dividido en seis programas y el cuarto era el que correspondía a la realización de instalaciones de autoconsumo para el sector residencial, incluidas las comunidades de propietarios. Las ayudas se otorgaban como importes fijos unitarios o "módulos" que cubrían parcialmente los costes subvencionables. Con estas líneas de ayudas, el Gobierno estimó 1.850 megavatios (MW) nuevos de generación renovable en el sistema, así como la creación de más de 25.000 empleos directos e indirectos, un crecimiento del PIB de 1,7 millones de euros por cada millón de ayuda y una reducción de las emisiones de CO2 de más de un millón de toneladas al año.
¿Qué pide el sector para impulsar el autoconsumo?
Las cotizaciones disparadas de la electricidad en el mercado mayorista dispararon el interés por el autoconsumo, pero luego se ha visto ralentizado tras la estabilización de los mercados. De hecho, la instalación no sólo se ha desacelerado en el segmento residencial, sino también en el industrial y el comercial. Bajo este escenario, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) trabaja en una batería de medidas urgentes para impulsarlo.
La asociación reclama que el usuario pueda alcanzar una mayor compensación económica de los excedentes, es decir, la energía sobrante que no consume. La compensación simplificada es la modalidad a la que están acogidos la mayoría de los participantes de un autoconsumo debido a la mayor sencillez de activación del mecanismo y la directa compensación económica que recibe por la inyección de los excedentes generados en la instalación y que son vertidos a la red eléctrica. También defiende que la compensación de los excedentes pueda darse en distintos periodos de facturación (superiores a un mes) y apuesta por que se aporte la mayor información posible a los consumidores a través de su factura de la luz con el fin de que puedan sacar el máximo provecho a su instalación.
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