Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Cómo serían los análisis sobre David Broncano si 'La Revuelta' fuera un fracaso

Cómo serían los análisis sobre David Broncano si 'La Revuelta' fuera un fracaso
David Broncano ejerciendo La Revuelta de la tele inesperada.
RTVE / Sandra Casado
David Broncano en La Revuelta.

Si La Revuelta hubiera pinchado en audiencias, los análisis señalarían que este programa no podía funcionar porque habla demasiado con desconocidos. Encima en la propia apertura del show. Perfecto para espantar a la audiencia. A quién le importa la vida de ciudadanos anónimos, apuntarían. Aunque esto de charlar con la gente de la calle ya lo hiciera José María Íñigo con momentos que retrataron España para siempre desde TVE en los setenta y ochenta. Incluso abriendo sus entrevistas a la imprevisibilidad de las llamadas telefónicas en directo. 

Si La Revuelta hubiera pinchado en audiencias, los análisis denostarían que los invitados y colaboradores no son conocidos de manera transversal por la sociedad. Vamos, no son los de siempre. Algunos hasta hablan de cosas que no entiende la audiencia más mayor, esa que dicen que "sustenta" la televisión tradicional. ¡Es un programa para jóvenes que no verán jamás la tele y menos La 1 de TVE!", recalcarían los gurús. Aunque la historia de la televisión nos enseñó que la tele no va de reconocer todo el rato lo mismo, lo que la hace previsible. La tele va de la congregación de descubrir. Sólo hay que dotar la experiencia del descubrimiento de una atmósfera atractiva. Porque el motor de la tele es el intercambio de experiencia y conocimiento social. Ahí el acierto de La Revuelta que debe pelear para no dejar fuera de ese trueque de vida a más de la mitad de la sociedad, pues es un programa por momentos demasiado masculino y heterosexual. 

Si La Revuelta hubiera pinchado en audiencias, los análisis también afirmarían que es un programa minoritario por oscuro. Con un decorado sin una poderosa pantalla gigante de leds al fondo, de esas que permiten llenar de ritmo, color y confeti visual el ojo del espectador. Aunque en televisión es fundamental crear un universo propio que te haga único, que te permita ser especial. No es nuevo, Lo Más Plus, Crónicas Marcianas, Hola Raffaella... lo hicieron. Hay escenografías que se quedan en la memoria colectiva porque dan alas a la imaginación que rompe monotonías, de las inercias de la tele y de las rutinas del público. Mejor si los decorados tienen muchas puertas y hasta pasadizos secretos para ayudar a que pasen cosas. En cambio, ahora todos los platós parecen el mismo. Con su pantalla clónica, con su suelo brillante requetevisto. El de La Revuelta, no.

Si La Revuelta hubiera pinchado en audiencias, los análisis subrayarían que ¡menudo gasto millonario de programa para hacer una reunión de amigotes de Internet!. Aunque la tele se pase medio día haciendo zappings virales de gente cayéndose, vídeos quemadísimos de ser vistos mil veces en las redes sociales. La Revuelta es al revés: crean momentos propios en la tele que luego son vistos y compartidos por WhatsApp. O por donde sea.

Si La Revuelta hubiera pinchado en audiencias, los análisis criticarían que Broncano no presenta. Incluso le cuesta mirar a cámara. Y ni siquiera ceba los invitados. Tampoco hay rótulos en pantalla para dar todo masticado al espectador. Aunque la historia de la televisión nos diga que si cebas con cartelitos de 'última hora', 'exclusiva' o 'bombazo', la audiencia cada vez te pide más y más hasta llegar a un punto que siempre se sentirá decepcionada. Así que más inteligente que vender el spoiler de qué va a pasar es tejer tramas igual que se escriben las series, sembrando cierto suspense y motivando la fidelidad de la ilusión cómplice. La mejor improvisación surge de un caldo bien ensayado. 

Qué difícil es pronosticar el éxito. Como en la vida, en la tele cada argumento se puede dar la vuelta al estilo de un calcetín. Ahora es fácil ver todo lo que funciona de Broncano. Y todos a ponernos la medalla, claro. Pero somos fruto de tantas circunstancias que hasta lo que brilla podría ser motivo de fracaso. Toca relativizar el éxito y el fracaso como nos lo contaron. La tele depende de muchas variables, causalidades y casualidades. Aunque, eso sí, sólo queda marcada en nuestra memoria si cuenta con una autoría aplastante. La Revuelta la tiene, La Revuelta narra una historia de principio a fin, con un guion que juega con el público con el carácter de la travesura que no considera tonto a nadie. La televisión de autor de siempre, la televisión que deja huella.

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento