
En Barcelona, en un rincón dedicado a la empatía y el cuidado de los animales más vulnerables, se encuentra el santuario El Hogar, una fundación pionera en España que alberga alrededor de 300 animales rescatados.
Fundado hace 17 años, este lugar nació del sueño de una mujer que, desde niña, ya demostraba una profunda conexión con los animales. "Cuando era pequeña rescataba pollitos que caían de los nidos, entre otras muchas labores que ya hacía y que volvían loca a mi madre", recuerda con añoranza Elena Tova, fundadora y directora de la fundación El Hogar.
"He nacido con esta capacidad de empatizar con los animales y, cuando fui ya mayor, vi un video de esos en los que alguien se infiltra con cámara oculta en una perrera de España y pensé en adoptar a uno de esos animales, algo que me cambió para siempre", agrega.
De entre todos los perros, Tova escogió a Lucy, una perrita moribunda y gravemente enferma que no duró mucho a su lado. "No quise que muriera allí sola", explica. "Cuando falleció prometí que sacaría a los peores perros de los refugios, aquellos que nadie quiere adoptar (como lo era Lucy, en su honor)".
De perros a jabalíes, más de 300 animales rescatados
La adopción de Lucy inspiró a Tova a crear una red de casas de acogida para animales desahuciados, que en un principio se llamó El hogar de Lucy'. "Cuidábamos de animales enfermos o con problemas", cuenta la directora. "Movíamos tantos animales que decidimos coger un terreno para no tener que tenerlos en jaulas, queríamos animales libres".
En aquella búsqueda de un terreno, un encuentro casual con un cerdo herido en una finca de Toledo cambió el rumbo del Hogar de Lucy y transformó la visión de Elena, llevándola a fundar el santuario que tiene ahora en Barcelona. "Dimos con un cerdito tumbado que parecía muerto hasta que nos acercamos y se levantó", relata.
"Tenía una infección en los testículos, así que le pedimos al señor de la finca que nos dejara llevarnos al cerdo", añade. "Sin embargo, una vez con él en el coche, nos dimos cuenta de que nadie nos lo quería aceptar en ningún sitio y, ahí es cuando nos dimos cuenta de la necesidad de crear la fundación El Hogar".
Por su especie, edad y discapacidad, es una heroína, haber sobrevivido en esas condiciones es un milagro
Al final, para Elena, aquel cerdo era también uno de esos animales desahuciados y sin oportunidades, como los perros y gatos de los que se había hecho responsable y que su red de casas de acogida había cuidado con anterioridad.
Entre las muchas historias de rescate que se han escrito en la fundación El Hogar, la de Violeta es una de las más bonitas. "Fue encontrada en Valencia, tras el paso de la DANA", cuenta Tova. "Había sido atropellada y sobrevivía en un campo, arrastrándose con las patas delanteras mientras las heridas de su cuerpo se infectaban".
"Una voluntaria contactó con nosotros cuando nos encontrábamos haciendo un rescate de dos cerditos", explica la fundadora. "Como nosotros ya teníamos otra jabalí discapacitada, nos avisaron para ver si podíamos hacernos cargo (por nuestra experiencia previa)".
Así, en coordinación junto a otro santuario que se terminó quedando con los dos cerditos que iban a rescatar, la fundación El Hogar fue a por Violeta. "Gracias a una veterinaria que estaba aceptando casos extremos se logró evitar que fuera sacrificada y comenzar su recuperación".
La pequeña jabalí llegó al santuario con una hernia de 15 centímetros y heridas graves infestadas de gusanos. "Aunque tiene la columna rota y nunca volverá a caminar con normalidad, ha mostrado una extraordinaria voluntad de vivir", asegura Tova.
"Aún se encuentra en tratamiento para sanar sus lesiones, pero Violeta ya se prepara para iniciar las sesiones de fisioterapia, con el objetivo de fortalecer sus patas delanteras y mejorar su movilidad", agrega. "Por su especie, edad y discapacidad, es una heroína, haber sobrevivido en esas condiciones es un milagro".
¿Quieres ayudar a la fundación?
El santuario El Hogar no solo se dedica al rescate, sino también a la educación y concienciación. Por ello, invitan a las personas a apadrinar a los animales, "una forma de apoyo que proporciona estabilidad económica y crea un vínculo especial entre los padrinos y los habitantes del refugio". "Los padrinos reciben noticias personalizadas a través de un newsletter, certificados y la posibilidad de visitar a los animales, promoviendo un mensaje de empatía y respeto", informa Tova.
Violeta, como muchos otros habitantes de la fundación El Hogar, simboliza el poder de la compasión y la capacidad de superar las adversidades. Su historia no solo inspira a quienes la conocen, sino que también refleja el impacto que un acto de bondad puede tener en la vida de un ser vivo.
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