
La responsabilidad es siempre de los adultos
Algo que se debe tener muy claro a la hora de convivir en un hogar en el que hay niños y hurones es que la responsabilidad del animal y de su relación con los peques de casa siempre será de los adultos. "Es por esto que es importante que el adulto conozca bien los comportamientos de los hurones y darle la educación adecuada al niño sobre ellos", expresa Soriano.
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Los hurones utilizan la boca para todo
La experta en hurones no considera que los hurones deban interactuar con niños menores de seis años. "Para tener una convivencia pacífica, los peques de la casa tienen que entender bien cómo se comunica un hurón, empezando porque utilizan la boca y los mordiscos para todo", detalla. "El tacto es su principal forma de conocer el mundo que les rodea, de ahí que utilicen la boca para todo".
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Los mordiscos pueden ser peligrosos
Soriano cuenta que cuando los hurones juegan, "parece que se están peleando". "Es por esto que puede resultar peligroso juntar a un hurón con un niño, ya que estos animales tienen poca tolerancia a que estés detrás de ellos, a que les cojas o les toques", añade. "Mientras que un perro te advierte numerosas veces de que lo que le estás haciendo le está molestando, un hurón te morderá casi directamente. A veces mostrará señales de apaciguamiento como lamerse, bostezar o erizar la cola o su pelaje, pero éstas serán mucho más sutiles".
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No son peluches, hay que tener mucha paciencia
Los años de experiencia con hurones y la formación específica sobre estos animales han llevado a Soriano a tener claro que la clave de una buena convivencia entre hurones y niños es la confianza que, a la vez, es la parte más complicada de hacer entender a los niños. "Los hurones no son peluches a los que les guste estar en brazos y es preferible utilizar juguetes para interactuar con ellos, como cañas con plumas, alfombras olfativas o pelotas con sonidos", detalla. "De esta forma, el niño no expone las manos en caso de que el hurón se cabree o se emocione".

Aprender a ser responsable del hurón
Una forma muy buena de enseñar a los más pequeños de casa a cuidar de estos animales es dejándoles formar parte de la rutina de cuidados del hurón. "No solo debe estar presente en los momentos de juego, establecerá una mejor relación de confianza con el animal si también prepara comidas y se las da, si organiza juegos como esconder premios en una alfombra olfativa o si simplemente es el encargado de darle pasta de salmón o cápsulas de omega 3 (siempre bajo la supervisión de un adulto)", recomienda.

Trabajar la paciencia con los más pequeños
Además, la experta en hurones explica que los niños no tienen por qué estar en contacto directo con el animal. "Hay que enseñarles que el hurón tiene que olerles, que necesitan su tiempo y espacio propio, como cualquier otro animal, en realidad", explica. "Por eso es vital tener paciencia, que aunque para un niño es algo complicado, no es imposible".

Separar espacios en casa
Si a pesar de nuestros esfuerzos la relación entre el hurón y nuestro pequeño no funciona, Soriano propone separar espacios dentro de casa. "Hay gente que tiene en su casa una habitación preparada para los hurones, donde allí pueden estar suelos y tienen su propio espacio donde sentirse seguros", ejemplifica. "Así, es el adulto quien establece los tiempos en los que el niño pude entrar a estar con ellos, en un entorno en el que los animales se van a sentir más cómodos y en el que podremos positivizar la presencia del niño".
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