
España puede presumir de tener algunas de las rutas de senderismo más impresionantes de toda Europa. Quizás la más conocida de todas sea el Camino de Santiago, que nos lleva hasta la catedral de Santiago de Compostela. Sin embargo, si buscamos la más larga del país, ese honor lo tiene un recorrido a orillas del río Ebro.
El Camino Natural del río Ebro es la ruta que tiene el honor de ser la más larga de España, ya que recorre 1.280 kilómetros atravesando España desde las fuentes kársticas de Fontibre, hasta que el delta en el que el río desemboca en el Mediterráneo. "La magnitud de la cuenca permite la sucesión y solapamiento de múltiples ambientes y escenarios naturales", se afirma en la web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y es que este sendero atraviesa parajes muy variopintos.
El Camino Natural del Ebro Occidental

El impresionante Camino Natural del Ebro se divide en dos partes de 21 etapas cada una: la occidental y la oriental. La primera tiene su punto de origen en el mismo nacimiento del río, y en sus primeros kilómetros atravesarás parajes montañosos de la Cordillera Cantábrica tan sublimes como el monasterio de Montes Claros, pueblos tan bonitos como Orbaneja del Castillo y entornos naturales repletos de pinos y hayas.
Tras llegar a la preciosa localidad de Haro, el paisaje comienza a allanarse y tomar otra tonalidad, aunque los ríos que afluyen en el Ebro durante estas etapas dan al entorno una espectacularidad única. La última localidad que se visitará en esta parte de la ruta será Buñuel, en Navarra, ya que una vez pasada la frontera entre la Comunidad Foral y Aragón dejaremos atrás el Camino Occidental.
El Camino Natural del Ebro Oriental

Abandonando el paraje de montañoso y las riberas de Cantabria, Castilla y León (norte de Burgos), La Rioja, País Vasco y Navarra, se llega a la primera parada del Camino Oriental, que no es otra que la localidad de Gallur. En las sucesivas etapas que recorren la Depresión del Ebro se podrá ir notando como el paisaje se va volviendo cada vez más Mediterráneo, y es que según se vayan completando etapas nos iremos acercando más a la desembocadura.
En la última parte de la ruta, que arranca en el pueblo de Mequinenza, las montañas vuelven a ser protagonistas, haciendo el camino bastante más angosto pero sin perder un ápice de belleza. Tras 1.280 kilómetros, pisar Aragón y Cataluña y recorrerse la Península Ibérica casi de punta a punta, finalmente se llega al maravilloso Delta del Ebro.
Comentarios