
Teruel es la provincia con más pueblos bonitos de España, y no es de extrañar. El entorno natural que decora este territorio está lleno de espectaculares municipios como Albarracín, Valderrobres, Calaceite, Mora de Rubielos y otros muchos que bien merecen una visita.
Aunque estos son los más famosos, existen otras poblaciones turolenses que destacan por preciosos castillos o curiosas iglesias. La mejor prueba de ello es Castellote, un pueblo de poco más de 600 habitantes ubicado en la comarca del Maestrazgo, una de las más bellas de la provincia.
Muchas personas lo conocen por el entorno natural que lo rodea o por el gran castillo que corona sus tierras, pero lo que no todo el mundo sabe es que allí se encuentra una de las ermitas más enigmáticas y bonitas que existen.
Una ermita enclavada en la roca

Castellote es uno de los primeros municipios que encontramos al llegar a la comarca del Maestrazgo. Para ello debemos cruzar un túnel, pero antes de eso es muy recomendable hacer una parada de lo más interesante. Si te fijas bien, en la ladera de la montaña podrás ver una construcción que llama mucho la atención.
Se trata de la ermita del Llovedor, un lugar en el que se dice que nunca deja de llover. Pero no es que sobre ella habite una continua nube que descarga litros de agua sin freno. La realidad es que este templo está construido en una ladera con numerosas filtraciones que crean esa sensación de lluvia y un pequeño estanque.

Como si de un camaleón se tratase, esta ermita se camufla en la roca caliza en lo alto de un peñasco, haciendo que desde lejos debas concentrar mucho la vista para poder encontrarla. Se trata de una construcción de una sola nave con techo plano que cuenta con presbiterio y sacristía y cuyo origen se remonta a cientos de años atrás.
Pero su curioso enclave natural y las continuas "lluvias" que la decoran no son el único elemento interesante del Llovedor. Allí se celebra una tradición histórica que ha pasado de generación en generación y que a día de hoy disfrutan cientos de personas.
La romería a la ermita del Llovedor

Cada día 1 de mayo los hombres de Castellote parten en romería hasta la ermita para escuchar la misa en honor a la Virgen del Agua, realizar una asamblea y disfrutar de una buena comida para, posteriormente, volver al pueblo por el Pocico de San Juan, donde paran a disfrutar de una merienda. Cuando cae la noche, desfilan hasta el municipio con antorchas para iluminar el barranco.
Las mujeres también realizan la romería, pero en un día diferente, en su caso el sábado más cercano a Pentecostés. El origen de esta tradición se remonta al año 1405, cuando el pueblo padecía una horrible sequía y once jóvenes del pueblo marcharon hasta la ermita de Castellón para pedirle a la virgen que hiciera que lloviera. Días después llegó el agua y erigieron su propia ermita para continuar con esta tradición durante años.
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