
Fundada por los romanos en el siglo I a.C., la ciudad de Cáceres atesora un rico patrimonio con vestigios de todas las culturas que pasaron por el lugar. La Plaza Mayor, el Foro de los Balbos y la Ermita de la Paz son solo algunos de los puntos imprescindibles de esta urbe extremeña.
Si buscamos un alojamiento en el lugar, una buena opción es el Parador de Cáceres, uno de los hoteles más emblemáticos de la cadena alojamientos. Ubicado en lo que antaño fueron dos palacios, ofrece a sus clientes un verdadero viaje en el tiempo hasta la Edad Media.
El Parador de Cáceres
El Parador se divide en dos antiguos palacios señoriales: la Casa de Ovando-Mogollón-Perero-Paredes, y el Palacio de los Marqueses de Torreorgaz. Por un lado, la Casa de Ovando, de estilo gótico, fue mandada a construir por la familia Paredes, una de las primeras que llegó a Cáceres después de la reconquista. En la fachada principal destaca un arco de medio punto con los escudos familiares y dos ventanas con adornos góticos.

Por otro lado, el Palacio de los Marqueses de Torreorgaz se levantó en el siglo XV, pero fue reformado en los siglos XVI y XVIII, dando como resultado una bonita joya arquitectónica que combina distintos estilos artísticos desde el gótico, como se ve en varias puertas, ventanas y en la torre, hasta el neoclásico de la fachada principal.
Arquitectura y gastronomía cacereña
El Parador de Cáceres conserva la majestuosidad de su origen palaciego, como reflejo de la arquitectura civil cacereña de fines de la Edad Media, al mismo tiempo que ofrece todas las comodidades y servicios de un hotel moderno. En el interior encontramos bonitos de patios y cercos empedrados, las vigas de madera e incluso una chimenea original en el salón. Además, cuenta con 39 habitaciones decoradas con un estilo clásico y elegante que evocan el estilo medieval.

Por otro lado, merece la pena probar los deliciosos platos del restaurante del hotel, de cocina regional extremeña. La carta ofrece desde zorongollo (ensalada de pimientos rojos asados) hasta paletilla de lechazo asada, pasando por patatas a lo pobre, cochinillo asado, jamón de la Dehesa de Extremadura, solomillo de ibérico al queso del Casar y ternera retinta.
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