
Si la sonrisa tuviera un nombre sería el suyo. A sus 62 años, Pino Montesdeoca se ha convertido en la persona más buscada del mundo de la moda. Su melena canosa, natural, y una actitud cargada de optimismo, autenticidad y cariño, hacen que todas las miradas se desvíen hacia ella.
La moda llegó a su vida de manera inesperada, después de estar, literalmente, al borde de la muerte. Fue entonces cuando la canaria vivió un 'antes' y un 'después' en su vida personal y profesional. Actualmente es imagen de Hispanitas, firma de calzado española que representa a la perfección. Y, aunque habla de pasarelas y campañas desde la humildad, parece que nació para vivir entre backstages y 'fittings'. Así lo demuestra con absoluto desparpajo ante la cámara, creando completo magnetismo entre todos los que nos encontramos en el estudio. En la pasada edición de la Mercedes-Benz Fashion Week ganó el premio a 'Mejor Modelo' de L’Oréal París por convertirse en todo un símbolo de inclusión y romper estereotipos en la industria. Y es que, efectivamente, Pino tiene mucho que reivindicar, empezando por la libertad y el lujo de ser auténtica.
Es importante ser una misma, pero no siempre es fácil. Presiones sociales, personales, laborales… ¿Cómo podemos no martirizarnos por esto?Te has olvidado de la presión más importante, que es la que te impones tú misma. Porque resulta que, a veces, tenemos todas las libertades del mundo y tú misma te boicoteas. Por lo tanto, no voy a decir nada nuevo, simplemente hay que intentar ir eliminando las pretensiones, las expectativas... Si tú no pretendes que las cosas sean de otra forma diferente a la que tú esperaste, es ahí cuando eres consciente de quién eres tú, de cómo estás, de que no mides 1,90... Ahí se te quitan muchas presiones. A lo mejor esa es la base: despierta y mira lo que hay. Si lo puedes mejorar, mejóralo; y si no puedes, disfrútalo.
La moda es una de las industrias que se ha regido siempre por estereotipos pero la diversidad de tallas, racial o de edades parece que va haciéndose hueco también en este sector. ¿Existe la diversidad real en la moda?
La diversidad existe en la calle. Y la moda siempre tiene mucho que ver con la calle. Yo no puedo saber lo que está en la cabeza de autor de una industria completa, pero lo que se sabe ya es que entramos todos y todas, porque todos nos vestimos, nos maquillamos, nos queremos ver en nuestra mejor versión posible. Por lo tanto, hay hueco para todo el
mundo. Y luego, ya está el espectáculo de la perfección. Pero ¿qué es la perfección? Porque yo soy perfectamente imperfecta... ¡y también está bien.
Todos nos queremos ver con nuestra mejor versión
La pasada edición de la Mercedes-Benz Fashion Week ganaste, a tus 62 años, el premio L’Oréal Paris a 'Mejor Modelo', ¿cómo viviste la entrega de este galardón?
La viví como una sorpresa enorme. Cuando me lo dijeron, se me aflojaron las piernas porque yo ya tenía mis propias candidatas, y yo pensaba que una de ellas tenía que ser la ganadora de este año. Me dije: "disfruta todo esto".

¿Dirías entonces que has roto estereotipos como mujer?Creo que antes que yo ha habido mujeres que han roto estereotipos y que han hecho que mi camino sea más fácil. Voy a nombrar a una persona que es la primera que me viene a la mente por la admiración que siento por ella, Ángela Molina. ¿Por qué? Porque ella es ella. Planteemos las cosas como yo las veo: ella no pretende ser nadie más. Ella tiene una forma de vestir, una forma de llevar su pelo, una forma de sonreír, no
tiene una pose rebuscada... Entonces, para mí ella sí puede ser un referente, luego aparezco yo, que no soy para nada como ella, pero de algún modo me parezco, ¿me entiendes?
Tenéis como esa autenticidad...Sí, porque reivindicamos el poder ser tú y el no tener que imitar a nadie para estar dentro de algo.
Has trabajado para firmas de moda, desde Sanchís, pasando por Zara, hasta Hispanitas, firma de la que eres imagen, ¿qué es lo más duro de ser modelo?, ¿y lo más satisfactorio?A mí no me cuesta, vengo de otro mundo y en ese otro mundo aprendí lo que era el trabajo duro. Trababaja para un financiero en Bahamas y le llevaba absolutamente todo. Aprendí a trabajar bajo presión y con problemas continuos. Al final, la clave está en hacer el trabajo bien siempre y no hacerle perder el tiempo a nadie. ¿Y cómo se hace eso? Respetando. En mi caso salgo de la Fashion Week y hago una campaña, una editorial, una 'peli'..., este es ahora mi trabajo. Me muevo, pero no lo veo duro porque estoy feliz.
Eso es importante, Pino. ¿Dirías entonces que eso es lo más satisfactorio también? Aunque es un poco contradictorio por ese ritmo frenético...Si lo hablas con todos los que llevamos ese ritmo de vida te pueden decir "jolín, es que no paro, es que no me da la vida...", probablemente a ti también te pase, pero realmente se necesita toda esa vorágine porque de alguna manera te hace sentir viva, te hace sentir que estás evolucionando. Estás bien.
¿Cuál es el truco para posar ante la cámara?Mira, otras personas me dicen que hay que saber cuál es el perfil correcto, cuál es el que te gusta, cuál es en el que sales mejor favorecida... Hay gente que sabe de poses una brutalidad. Yo me he visto en fiestas donde salgo en las fotos robadas con todas mis muecas y la persona que está hablando conmigo sale impecable. Claro, porque todas estas personas están siendo conscientes de la cámara. Creo que la gente sabe cuál es su pose y por eso salen tan bien, pero yo no poso. Yo cuando estoy en un ‘'photocall' sí estoy mirando al fotógrafo, pero me gustaría saber si hay un momento mío que es mejor que otro, aunque a mí me gustan casi todas las fotos.

Tengo que preguntarte por tu pelo, que ya es una seña de identidad tuya. ¿En qué momento decidiste dejarte tu pelo al natural y por qué?Nunca lo decidí, fue dejadez porque me costaba mucho trabajo irme de donde vivía a otro país para poderme hacer las mechas. Lo fui dejando hasta que me di cuenta de que ya tenía media melena con mi pelo y a mí me gustaba. Yo tengo ese problema que tienen otras, pero al contrario... Me refiero a eso de que se ven feas, de que tengo la nariz grande... De que, muchas veces, tu cerebro deforma la realidad. ¡Yo la tengo pero para bien! Yo me miro y digo "uy, qué rubia estoy". Incluso cuando me veo una cosa horrorosa, digo "ni tan mal".
Hablando de dismorfia, en los últimos años los retoques estéticos son cada vez más comunes, en mujeres de todas las edades. En tu caso siempre has dicho abiertamente que no has pasado por ese proceso, no tienes bótox ni te has pinchado nunca. ¿Es importante contarlo para visibilizarlo y no crear estereotipos falsos de belleza?Yo creo en el individuo y creo que el individuo también debería tener un poquito de responsabilidad con respecto a la comunidad. Entonces, que te hagas lo que quieras y que no te hagas lo que no quieras, eso es el individuo y su libre albedrío. ¿Qué debería ocurrir? Que la gente tuviera dos dedos de frente y se informara de lo que se va a hacer y de cómo va a quedar dentro de un tiempo. Pero, claro, como te lo venden tan fácil... A mí me lo han ofrecido super fácil. Pero ¿qué me pasa a mí? Que yo parto de la base de que yo me gusto, ¿y si después ya no me gusto? Pero pienso que todo el mundo debería informarse y hacerlo conscientemente.
Hay mucha desinformación al respecto y cada vez las niñas empiezan antes con este tipo de retoques. ¿Qué opinas? ¿Se debería regular o controlar de alguna manera?Es difícil. Yo tengo, afortunadamente, amigos que se dedican al tema, hay uno de ellos que me dice que está muy de acuerdo con lo que yo digo y aconseja y aboga por la naturalidad. Pero, lo que no puede ser es que vayas a una fiesta y que pienses que has estado con la misma persona y en realidad eran tres personas diferentes, ¡es muy fuerte! Y es porque tienen los mismos rasgos: las cejas levantadas, los pómulos, los labios, la naricita... Tienen la misma carita y, oye, es bonita, pero ¿dónde está la diferencia? Y en cuanto salga un retoque o una moda estética nueva, van y se la hacen. Y ahí no me voy a meter, pero eso demuestra que hay algo detrás. Si hay un retoque y no estás contenta y te haces otro y tampoco estás contenta... Es porque hay algo detrás y se necesita ayuda profesional de otra manera.

¿Cada vez hay más miedo a envejecer?Creo que cuando envejeces eres consciente del tiempo que te va quedando por delante. Entonces, mientras menos signos veamos, tenemos la sensación de que nos queda más vida. Desafortunadamente, yo no he visto a nadie de quien pueda decir que parece más joven, lo que sí que puedo decir es que no le veo ni una arruga. ¡Eso sí lo puedo decir!
Cuando envejeces eres consciente del tiempo que te va quedando por delante
El edadismo es evidente. Existe en puestos de trabajo, en relaciones, en el día a día a la hora de llevar una prenda, mismamente. Pero por suerte, cada vez vemos a más mujeres con transparencias, aberturas, minifaldas… Independientemente de su edad. ¿Nuestra imagen puede acabar también con este prejuicio social?¿Tú te has dado cuenta de que todo lo que se ve todos los días lo normalizas? Pues ya está. Si yo veo todos los días personas de todos los tipos, lo normalizo. Y cuando me venga alguien completamente diferente, yo qué sé un señor vestido de verde con unas orejas puntiagudas, pues de primeras voy a pensar un montón de cosas, pero se pasará cuando todos los días vea a 40 personas vestidas de verde con orejas puntiagudas, ¡ahí lo voy a normalizar! Y como esto de hacerse mayor, con suerte es lo que nos pasa a todos, pues normalicémoslo ya. La persona sigue siendo la misma si no te has dejado romper por tus propias presiones, las externas y las internas, si no te has descuidado en la salud... Si tú has mantenido tu espíritu ahí siempre se se va a ser mayor y se va a seguir siendo la misma persona.
Estuviste a punto de morir por una picadura de mosquito, ¿te cambió la percepción de la vida en ese momento?Me cambió una cosa principalmente. En lugar de arrepentimiento por no haber hecho algo, se me quedó el amor. Desde entonces no se me escapa ni una sola persona que pase por delante de mí y que yo sienta que me importa.
Los favoritos de Pino
La moda española no sola forma parte de su carrera profesional, sino que es una de las pasiones de Pino Montesdeoca. Defensora de un estilo en el que prima la comodidad ante todo, para su día a día la canaria elige un calzado todoterreno que le permita llegar a todo, sin tener que renunciar a la elegancia y a las tendencias: Hispanitas, firma española especializada en calzado para mujer, de la que la modelo es imagen. Entre sus básicos de temporada confiesa que confía en zapatos que puedan diferenciar looks aptos para cualquier ocasión, tanto para ir a trabajar como para las fiestas navideñas. Entre estos no pueden faltar unas bailarinas acharoladas de tacón midi, unas botas planas de caña alta y unos botines tipo mocasín con tacón bloque de la firma española.

Botín estilo mocasín de piel con tacón de 5cm, detalle de la cadena con isotipo doble 'H' en el empeine y un cierre de cremallera en la parte interior (159,90 €).

Elaborada en piel, con tacón ancho de 3,5 cm y punta ligeramente cuadrada, así como una tira ancha en el empeine y hebilla (109,90 €).

De caña alta estilo 'riding boot' con punta redonda, incluye tiras decorativas en la parte baja y una pequeña hebilla (189,90 €).
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