Enfrentarse a un lienzo de esta artista fundamental en el realismo de la última parte del siglo pasado y de los inicios de este exige comprender el papel de la mujer como nexo de la vida y conexión de confidencias. Mujeres en modo hipérbole con todas sus consecuencias. Mujeres sensuales, desinhibidas y bellas, coquetas e insinuantes… "el cuerpo de la mujer es bellísimo y yo lo interpreto en cada pincelada. Siempre con un toque rojo, que es la vida, la fuerza, el empoderamiento", asegura De Frutos.
Su inspiración tiene mucho que ver con Toulouse-Lautrec. Se enfrenta al lienzo con la mirada alegre de las mujeres del Moulin Rouge, y la expectación del hombre como invitado necesario pero no interviniente "el hombre es fundamental, pero la mujer es la protagonista de todo: de la esperanza, de la alegría. La mujer controla su destino y las expectativas del hombre". Es la historia de la vida en la que transitamos con luz propia.

Los campos de Segovia y sus cielos plomizos fueron testigo de sus primeros bocetos. Fueron su primera inspiración y para ello se dedicó a la enseñanza durante muchos años y paralelamente estudió decoración: "fui feliz dejando volar la imaginación de los alumnos". Siempre quiso pintar, y lo hizo durante diez años en la escuela taller de Nieves Solana, sobrina del pintor. "He intentado cambiar de forma de pintar, probar otros registros, pero siempre regreso a mi visión de las formas, los colores, la estructura de mis cuadros. He dibujado mucho… no tengo miedo al lienzo tengo mucho respeto al oficio".
Maria Jesús De Frutos es superlativa pese a su pequeña estatura. Ella levita por su estudio, mientras que te envuelven sus bodegones de inmensos colores, de cerezas a punto de estallar, de peonías con pistilos rebosantes, de escenas de fiesta compartiendo confidencias, alegría, que enfrenta realidades y deseos.
"Mi color favorito es el azul, un color frío y conductor de historias" y sin embargo son los rojos, los naranjas, los verdes los que llenan de vida los lienzos en toques esenciales y sinuosos.
Una vida dedicada al arte
"De repente sentí que mi obra gustaba y se adquiría, que hacía algo que llamaba la atención a los demás y eso me llenó de vida e impulsó mi carrera". Ella empezó a exponer en ferias de arte al aire libre, esas serían las primeras de las muchas que vendrían después hasta convertirse en un referente de la pintura femenina en nuestro país.
De Frutos se inspira en el mundo visible, y en sus pinceles sobrevuela la temática de la escuela de Solana, aunque tiene su propio carácter a la hora de trabajar.
La inspiración es también producto del trabajo diario. "Hay que trabajar mucho, siempre sin perder la esencia para mantener una línea coherente con tú obra y con tú vida".
José Luis Garci me encargó el cartel de la película Historia de un beso, "aquel trabajo -que me supuso un esfuerzo de investigación que al final me reportó un posicionamiento que ya nunca perdí. Esa transmisión de vida, de alegría, de compartir, de unión en la fiesta es lo que más me inspira. En Casa de Vacas tuve una de mis exposiciones más retadoras, en la que el objetivo era ponderar a la mujer. Desde entonces busco transmitir su belleza, su compromiso con la vida, su protagonismo en la vida". Su primera exposición la firmó como De Frutos porque "no estaba bien visto en aquellos años firmar con nombre de mujer". ¡Cómo han cambiado las cosas!.

Obras para amantes de la pintura exquisita
Su próximo reto es finalizar grandes lienzos a los que se enfrenta cada mañana para exponer una retrospectiva. Para ello prepara acuarelas, bodegones – inspirados en su último viaje a Marruecos- y una versión actualizada de la Fiesta entendida como el momento en el que la mujer toma posición de su fortaleza frente al espectador.
"Todos mis cuadros son un diálogo con la belleza. Les pongo vida en tonos ocres, verdosos, azules. Son dibujos con recorridos de rojos y de azules en zig-zag para que tengan interés. La transparencia, la delicadeza de la naturaleza en todas sus vertientes son mi inspiración".
Cuando piensa en su padre y en aquella época se emociona. Los recuerdos familiares están siempre presentes en sus cuadros. "Mi madre fue un ejemplo de mujer fuerte, algo que tiene un valor incalculable”.
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