
Más allá de sus impresionantes paisajes montañosos, sus playas salvajes y sus preciosos pueblos, Cantabria también esconde en el interior de la tierra algún que otro tesoro. El patrimonio subterráneo de este territorio cuenta con maravillas como la Cueva de Covalanas, que forma parte del listado de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco dentro del bien 'Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España'.
Esta cavidad cántabra está abierta al público para las visitas. En su interior nos sorprenderá con pinturas rupestres muy bien conservadas, lo que supone hacer todo un viaje en el tiempo hasta la prehistoria.
La Cueva de Covalanas
También conocida como la Cueva de las Ciervas Rojas, la Cueva de Covalanas es toda una joya que merece la pena explorar. Ubicada en el municipio de Ramales de la Victoria, en la ladera noreste del Monte Pando, fue descubierta en 1903 por el paleontólogo Lorenzo Sierra y el arqueólogo Hermilio Alcalde del Río. De hecho, fue la segunda cavidad con arte paleolítico descubierta en toda la cornisa cantábrica, después de Altamira.

Rodeada de montañas escarpadas y los paisajes del valle de río Asón, los visitantes podrán adentrarse en las profundidades de la tierra y vivir una experiencia única. Podrán ver las pinturas rupestres a escasa distancia y apreciar incluso las marcas dactilares de aquellos humanos prehistóricos que las plasmaron en la pared rocosa.
Desde ciervas hasta figuras geométricas
La Cueva de Covalanas se encuentra dividida en dos galerías, y en uno de esos dos espacios es donde podremos ver las pinturas rupestres paleolíticas. Así, a unos 65 metros de la entrada empezarán a aparecer las primeras formas de animales de color rojo. En total, a lo largo del recorrido, veremos dieciocho ciervas, un ciervo, un caballo, un uro y una posible figura híbrida. A ello se suman símbolos geométricos, puntos y líneas.

"Su cronología, difícil de fijar de manera absoluta, parece situarse en una fase antigua, en torno a los 20.000 a.C.", señalan desde la propia web de la cueva. De estas pinturas destaca la viveza del color rojo, el gran tamaño de las figuras, su contorno punteado y la gran concentración de animales.
Cómo llegar a la cueva
El trayecto en coche desde la ciudad de Santander hasta la entrada a la Cueva de Covalanas es de aproximadamente 50 minutos por la A-8 y la N-629.
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