Ruben J. Lapetra Coordinador de Mercados
OPINIÓN

La oportunidad de Reino Unido ante su crisis permanente desde el Brexit

La oportunidad de Reino Unido ante su crisis permanente desde el Brexit
Banderas Unión Europea y Reino Unido.
DPA vía Europa Press
Banderas Unión Europea y REino Unido Brexit

Reino Unido se está asomando estos días a su enésima crisis en los mercados financieros. Pareciera que el estado natural de los inversores británicos es vivir al límite. El rendimiento o el coste de emitir deuda pública a 10 años para el Tesoro británico ha escalado a niveles no vistos desde agosto de 2008, cada vez más cerca del 5%. En un contexto de desinflación, casi recesión y tipos de interés oficiales a la baja, la subida de intereses en la deuda cotizada no deja de ser una pésima señal. 

De nuevo, como viene ocurriendo habitualmente en Downing Street, el gran capital internacional no acaba de creerse el proyecto británico en solitario y exige mucho más que en otras ocasiones por su dinero porque no se fía. Por eso se venden hoy sus bonos. Para muestra de los tiempos que corren, no es España quien se financia hasta 160 puntos básicos más barato (3,2 vs 4,8% a 10 años), sino que también lo están haciendo otros países como Portugal (3%) o Grecia (3,3%) a los que siempre se les miró por encima del hombro en los bancos de negocios de Londres. 

A primera vista, se debería ver como una mala noticia para los británicos -que lo es, no nos engañemos-, la parte positiva es que está en sus manos cambiar su destino. En la jerga futbolística, dependen de ellos mismos. Tras la caída consecutiva de cuatro gobiernos conservadores 'tories' con Theresa Mary, Boris Johnson, Liz Truss y Rishi Sunak, el ejecutivo 'laborista' de Keir Starmer está comprando boletos para seguir el mismo camino con una clima de popularidad hundido, incapaz de cuadrar las cuentas pese a sus intenciones de cobrar más y más impuestos. 

La adopción de medidas de consolidación fiscal, es decir, recortes presupuestarios, se erigen en la única forma de taponar la vía de agua en el corto plazo, pero Reino Unido y sus políticos deben pensar más allá. Desde que los británicos votaron a favor del Brexit en 2016, su salida de la Unión Europea, queda cada vez más claro que el resultado del proceso es calamitoso en términos políticos y calamitosos. 

La opinión pública está arrepentida, como reflejan la mayoría de consultas demoscópicas. En el plano geopolítico, la desconexión europea ha condenado a la irrelevancia a los británicos y europeos a la vez frente al auge de los grandes bloques emergentes como Rusia, China e India. En lo económico y financiero, Europa ha ganado la partida a la intocable City financiera británica con capitales como Ámsterdam, París y Fráncfort que se han quedado con parte del negocio. Sin embargo, unos y otros han perdido claramente frente a los hubs de Wall Street, Dubai o China. Pero el gran ganador de la pérdida de fuerza y cohesión del club europeo con la salida de Reino Unido ha sido Estados Unidos. Y lo va a ser más con el regreso de Donald Trump y la reinstauración de su política MAGA (Make America Great American), que no es otra cosa que una versión moderna de la doctrina Monroe del siglo XIX y su 'América para los americanos'.

Para británicos y europeos, la unión es la oportunidad de hacer fuerza más que nunca ante un escenario internacional que amenaza su propia seguridad nacional. No solo es que Trump haya lanzado una 'op'a a a Canadá o Groenlandia para integrarles en EEUU, sino que Elon Musk, la 'mano del rey' en Washington, ha entrado en campaña de 'lobby' europea de cara a las elecciones alemanas y las que esté por venir. La posibilidad de revertir el Brexit debe tomarse en serio. No sería la primera generación de británicos que cambia de opinión con el proyecto europeo. Rechazaron los tratados de París (1951) y Roma (1957), pero solicitaron luego su ingreso en 1961 para pasar a formar parte del club de pleno derecho en 1973, incorporación que ratificaron en referéndum en 1975. Hoy volverían a apostar por el sí.

Ruben J. Lapetra
Coordinador de Mercados

Periodista especializado en finanzas y tecnología. Escribo desde hace más de dos décadas en diarios líderes de información económica. He participado en el desarrollo de producto del área de mercados en los medios digitales en los que he trabajado. Me apasionan los nuevos proyectos y el aprendizaje continuo. Formé parte de Expansión.com durante cerca de cuatro años hasta que me involucré, sin dejar de escribir, en lanzamientos como ElEconomista.es (2005), Cotizalia y Teknautas en ElConfidencial (2007-2012), LaInformacion.com (2009), Hemerotek (2013) y ElEspañol.com (2015). Ayudé a crear un índice de bolsa, otro de vivienda y trabajé en dos fintech (WebFg y Finect). A finales de 2018 me reincorporé a LaInformación.com para relanzar su área de mercados y cotizaciones.

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