Jonatan Armengol, el ciego que cocina y es crítico gastronómico: "Cocinar es la mayor expresión de amor"

Jonatan Armengol, el ciego que cocina y es crítico gastronómico: "Cocinar es la mayor expresión de amor"
Jonatan en el restaurante italiano Baldoria
Winnie Martínez
jonatan armengol

"La imagen muestra a una persona en un restaurante. Lleva gafas y una camiseta blanca con un diseño que parece ser una ilustración de un torii, una puerta tradicional japonesa. Está sentada en un banco acolchado con rayas verticales. En la mesa, frente a ella, hay un plato amarillo con cubiertos. En la pared, detrás de la persona, hay varios elementos decorativos, incluyendo un plato de cerámica con un diseño azul, una fotografía enmarcada en blanco y negro, y una lámpara con un diseño de rayas verticales en tonos naranjas".

Esto es lo que le dice de mí la aplicación Be My Eyes después de que me haya sacado una foto.

Estamos en el restaurante Baldoria. Para Jonatan es uno de los tres mejores italianos que hay en Madrid. Ha entrado del brazo del dueño y acompañado por su perro guía. De fondo suena la canción Azzurro.

Jonatan Armengol tiene 47 años, es de Barcelona, vive en Madrid, y es periodista y crítico gastronómico. Es ciego.

Jonatan se sirve el carpaccio con los cubiertos y ayudándose de su mano libre
Jonatan se sirve el carpaccio con los cubiertos y ayudándose de su mano libre
Winnie Martínez

Hoy lo acompaño en la parte más saciante (y envidiable) de su trabajo: comer en restaurantes. Come fuera de tres a cinco días de la semana. Siempre acompañado. A veces es su mujer y otras algún amigo. “No hay nada más triste para mí que comer solo”, dice. De paso su acompañante le presta apoyo, aunque necesita poco. Él se sirve su propia comida, por ejemplo. “Quien me acompaña me habla del ambiente del sitio y de la estética de los platos. A mí me sirve para entender la percepción de las personas que veis”, dice y de fondo suena una tarantela.

“Lo primero es que se coma bien, que esté muy bueno”, dice en su versión de crítico gastronómico. “Puede ser desde un sitio de cocina de la abuela hasta otro de cocina con esferificaciones. Que esté limpio, que no huela a fritanga, a sucio. Que el personal sea amable. Que estés cómodo y a gusto. Hablar de relación calidad precio es un error. Yo hablo de relación precio placer. El placer que te provoca un plato a cambio del importe que pagas por él”.

Comparte sus críticas gastronómicas en el programa Comer a ciegas de Radio Intereconomía y también en sus redes sociales, sobre todo en Instagram, donde tiene más de 66.000 seguidores. Dice que si un sitio no le gusta, no lo saca. En vez de publicar una crítica mala le dice al dueño y al chef porqué no le ha gustado.

Jonatan habla en italiano con los camareros y el dueño del Baldoria. “He aprendido a base de viajar a Italia, que me encanta, así que le doy unas patadas al italiano que no veas”, dice riéndose. Habla varios idiomas, lo que le ha permitido viajar (con su perro guía) a distintos lugares del mundo.

“¿Te fías de mí?”. Le digo que sí y pide varios platos dejándose guiar por las recomendaciones del dueño. Ahora toca situarse en la mesa: Jonatan toca vaso, cubiertos, plato, todo lo que le rodea para saber dónde está cada cosa. Mete el dedo en su vaso para servir sin derramar ni que rebose el agua con gas que ha pedido. Aun así, a veces pasan cosas. “Ayer me tiré encima una copa de champán”, cuenta divertido mientras me recuerda que a los que vemos también nos pasan cosas. “Si no te importa la comida digital”, me dice riéndose mientras mete el dedo en una crema de pesto a la genovese que nos han traído como aperitivo. También lo huele todo, algo básico en su trabajo.

Fotografía cada plato. Es un ciego que hace fotos (y vídeos).

Lleva unas gafas Ray-Ban Meta que le han cambiado la vida. Poder grabar y hacer fotos fácilmente ha influido en su trabajo y también en sus reivindicaciones. Antes podía grabar y hacer fotos con el móvil, pero era más difícil enfocar, no tenía claro lo que estaba saliendo. “Ahora con las gafas sé que grabo o fotografío lo que queda a la altura de mis ojos, es más sencillo”, explica.

Las gafas con las que graba y hace fotos.
Las gafas con las que graba y hace fotos.
Winnie Martínez

Los obstáculos a los que se enfrenta no han variado con el paso de los años: situaciones como que el organizador de un viaje de trabajo diga que él no va porque un ciego no puede viajar. “Existen todos los prejuicios del mundo. Lo llamativo es que creo que ahora hay más odio que antes, que había más empatía y tolerancia. Ahora somos todos unos radicales que queremos imponernos y eso hace que seamos más agresivos”, cuenta.

Suele grabar con las gafas cuando va por la calle. Registra los obstáculos que entorpecen su caminar y el de su perro: terrazas, motos o patinetes (está encantado con que vayan a desaparecer).

Lo que peor lleva es tener que coger un taxi o un VTC, como ha sucedido hoy para venir a comer. Normalmente se mueve en autobús y metro (se sirve de varias aplicaciones que tiene en el móvil para orientarse), pero cuando va justo de tiempo, como hoy, llama un taxi o un VTC. Antes de que llegue el coche ya ha puesto a grabar la cámara de sus gafas. “Por experiencia sé que uno de cada diez conductores me va a poner problemas porque no quiere llevar a mi perro guía, cuando eso es ilegal. Yo lo grabo y le digo que lo voy a denunciar. Me generan muchísimo estrés y ansiedad estas situaciones en las que no quieren llevarte”, cuenta.

Jonatan toca el carpaccio que acaba de llegar. Bromea sobre que a veces no atina con esto de servirse en el plato. Llega el turno de tocar las croquetas alla parmigiana. Primero toca, después huele y por último prueba: “El aroma es total. Es cremosa por dentro, crujiente por fuera, con resistencia en boca. Está a la temperatura ideal. Es un bocado exquisito. Guau. No me extraña que sea de lo más pedido. Si tuviera que puntuarla, estaría en torno al nueve”, dice.

Nos traen mucha comida porque tiene que probar distintas cosas. Dice que no soporta tirarla, así que cuando terminemos nos la pondrán para llevar. “Como muy poquito porque si no estaría como una bola”, me dice y añade entre risas: “Estás pensando en que te equivocaste de rama del periodismo, ¿eh?”.

Sus gafas le ayudan también en su trabajo. Además de fotografiar cada plato, Jonatan ha grabado al dueño cuando al principio nos ha traído una carta en braille (su plan es colgar el vídeo en su perfil de Instagram). La carta la han hecho gracias a la asociación Restaurantes Para Todos. Jonatan está encantado y agradecido. “Es un detallazo, ¡se te va a llenar el restaurante de ciegos con perro!”, le dice.

Jonatan hace una foto a la pizza con sus gafas.
Jonatan hace una foto a la pizza con sus gafas.
Winnie Martínez

Cuando come en casa cocina él. Es un ciego que cocina.

Su madre fue la primera persona que le dijo que un ciego no podía cocinar y desde entonces lo ha escuchado demasiadas veces. En las redes sociales abundan los comentarios que dicen que no es ciego de verdad porque cocina. “Entiendo que me digan que no puedo conducir un autobús u operar a corazón abierto, pero puedo cocinar, empecé a hacerlo cuando me independicé con 18 años. Mi hermano cocinaba desde los 11 o 12, pero a mí mi madre no me había dejado por la superprotección. Que me podía quemar, que me podía hacer daño. Cuando me independicé compré una freidora. Ponía la mano encima y cuando notaba que estaba caliente el aceite, ponía lo que fuera a freír. Al tercer mes tenía una acidez de estómago que no te aguantas”, dice riéndose. “Una amiga me dejó una plancha para cocinar y luego empecé con el microondas. Cada vez fui cocinando más y disfrutaba”, recuerda.

Entiendo que me digan que no puedo conducir un autobús u operar a corazón abierto, pero puedo cocinar

“A mí nadie me ha enseñado, todo ha sido prueba y error. He tenido accidentes pero nunca me he hecho daño serio. Cocino con toda la tranquilidad del mundo. Como tullido que soy, persona con discapacidad, con capacidades diferentes, con minusvalía, como quieras llamarlo, me pongo pocos límites, pero también es importante conocer los que tengo. Cuando conoces tus límites, se trata de ponerlos a tu favor”.

Estudia las recetas, lee, mira y remira para cocinar. Le gusta experimentar. También cuenta con la ayuda de distintos chefs nacionales e internacionales con los que presume de tener buena relación. Los llama pidiendo consejo para hacer un plato.

Tanto le gusta cocinar que tiene un canal de YouTube que se llama El camino del fuego, donde cocina con brasas y fuego. Su perfil de Instagram también incluye vídeos cocinando además de otros donde comparte su realidad como ciego: los (des)encuentros con taxistas, sus desplazamientos en metro o sus viajes.

Para las redes sociales cuenta con un equipo. Él graba con sus gafas, pero cuando cocina tiene también un cámara. Además cuenta con un grupo de edición de fotos y vídeo. “A nivel redes he pasado de que no me hiciera caso ni el tato a que me contacten las marcas para hacerme propuestas”, cuenta.

Precisamente las redes sociales son la mejor muestra del odio que recibe Jonatan. “Estoy convencido de que la gente que me dice barbaridades como que a las personas con discapacidad deberían eliminarnos al nacer, me ayudarían a cruzar la calle si me vieran. Es el tema del anonimato y del odio que circula en las redes. Nadie me dice eso a la cara, pueden pensarlo, pero se lo comen. Hay gente que paga sus frustraciones machacando a los demás en las redes”, explica. Tiene por costumbre responder a todo lo que llega a sus perfiles, sea bueno, malo o regular. Su mujer y su equipo le recomiendan no responder a los “haters”, pero él se empeña en hacerlo, cuenta mientras de fondo suena Volare.

Comer es su trabajo y “un acto social importantísimo. Además, no se puede vivir sin comer”. Cocinar es “la mayor expresión de amor hacia la gente para la que estás cocinando”, concluye. 

Winnie Martínez

Soy periodista social freelance, creadora del blog Grandes Minorías y ganadora de los Premios 20Blogs. En 20minutos, además de contar historias de personas que como sociedad solemos ignorar, a través de Grandes Minorías, informo sobre discapacidad en Capaces.

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